La primera vez que vi Anse Mourouk desde la carretera, sentí que entraba a un sueño. El mar en mil tonos de azul, pulpos secándose al sol y las palmeras ondeando al viento. Sabía que había llegado a un lugar donde el tiempo no existe.
Piezas de Amatista en tonos azules y rojizos con piezas de nácar.
Cierre de Acero Inoxidable ajustable